miércoles, 12 de febrero de 2014

Sobre el catorce de febrero

Catorce de febrero. Parejas por todos lados abarrotando comercios, restaurantes, parques, cines, hoteles y hasta carpas. Vendedores ambulantes de rosas: "Cómprele unas rosas a la señorita". Yo, que no soy muy afecto a la cursilería salvo en ocasiones específicas, sí que me toca el morro la situación en la que pasamos esta semana previa. De hecho, pensaba llevar la procesión por dentro, pero me han contado tanto un chiste -además de leerlo yo mismo por todos lados- que ha alcanzado mi límite de autocontrol. Es este el chascarrillo de moda:

Chico: Mi amor, que te parece si este catorce nos la pasamos en mi casa viendo pelis abrazaditos y comiendo palomitas ?
Chica: No tienes dinero, cierto ?


 Tras la gracia inicial, que la tiene, viene el análisis de fondo. Todo este asunto valentinero es un enorme negocio promovido por el mercado, lo mismo que todos los demás días celebrables: día de la madre, del padre, Navidad, hasta el día del amigo que fue una idea implantada en este país por, nada más y nada menos, una cervecería. La idea central es que para agasajar a tu media naranja has de hacer un desembolso, digamos, importante. Recién salió un reportaje que dice que en el Perú gastamos alrededor de 350 soles en promedio en esta fecha (algo de 130 dólares). Claro, las chicas dirán: "Está bien, siempre hay que demostrar afecto a la persona que quieres, y un detalle nunca está de más". Bien, les compro el argumento, pero chicas del Perú, ¿cuánto de esos 350 ponen ustedes? Touché.

Ayer salí con mi hermana y me contaba los planes que tenía ella para el día en cuestión. Y claro, constaté que su presupuesto para regalar era ínfimo, no porque no tuviera dinero, sino porque está enraizada la idea de que el varón es el que debe costear el asunto. Vaya machismo femenino y evidente doble moral. "Amor, quiero ir al cine", "Amor, quiero ir a comer costillitas", "Amor, vámonos de viaje". Varias veces he respondido "vamos si me invitas". Como es de suponerse, esos días no hubo ni cine, ni viaje ni costillitas. Ojo, que no se desprenda de esto que soy un tacaño, pues mi pareja y mis ex pueden dar fe que no lo soy, y que es más, puedo ser bastante generoso. Es, veamoslo así, una cuestión de principios.

Lo que es yo, tengo una visión más bien "minimalista" de estas cosas.

3 comentarios:

  1. Hace rato leí una nota parecida a lo de cuanto se gasta pero en pesos mexicanos. Extrañamente manejaba la misma cantidad XD

    Podría decirse que es en cierto punto caballerosidad y hasta lucimiento con la chica a cortejar, pero luego si hay casos extremos. Yo veo a mi hermano como se le van las quincenas con la novia y es una situación en la que me he jurado jamás caeré.

    Sólo con una mujer me ha tocado que auténticamente le nazca el ser equitativos con los gastos en una cita. Cuando vi ya había pagado la comida, aún a pesar de que le dije que yo iba a pagar. Claro, después yo tuve que pagar el cine y demás pero fue un buen detalle. Lástima que nunca pasó a algo serio.

    Mejor prepare sus ahorros, que el viernes se nos queda pobre XD

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  2. Pobre ya estoy xD

    Eso sí, durante el cortejo eres capaz de vender tu alma al diablo con tal de tener con qué impresionar. Ya si luego de consumar la relación se sigue en ese plan, entonces el problema dejó de ser afectivo y se convirtió en patológico.

    También me ha tocado estar con chicas que pagan algunas cuentas. Pero son proporcionales a la cantidad de hombres románticos.

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  3. Buenísima entrada maestro!
    - Esta es la ventaja #12005 de ser hombre soltero xD
    En realidad digo que es ventaja porque:

    1) No gastarás $600 entre el regalo, la cena y ... eso que ustedes saben.
    2) No sufrirás por comprar el regalo, ¡es mi peor pesadilla!, solo Dios sabe cuanto sufro cuando tengo que ir a las tiendas en busca de algo, y es que soy tan latoso que nisiquiera considero las rosas (salvo que sen un ramo gigantesco), los peluches, chocolates o accesorios de plástico... algo de lo que comentaban, uno siempre quiere impresionar y esas 'baratijas' no creo que lo logren, eso digo yo. Entonces ir a las tiendas departamentales no es precisamente barato :O!
    3) No estarías obligado a salir ese día, vaya, esta vez fue viernes y por el trabajo y la facultad tuve que andar en la calle, pero es algo incómodo tomar los peceros, el metro o las avenidas chocando con ambulantes por doquier y globos gigantescos estorbando mi prisa. Ni que decir de ir a cenar a una plaza comercial, ¡están atiborradas! y eso me predispone al mal humor =(
    -mejor quedarse en casita y salir el día 15 que hay menos gentío. (¿eso se le podría proponer a una novia, sin que se sienta?)

    -ese día baneé a todo aquél que me etiquetó junto con 600 personas en facebook-
    En fin, no odio el día de san valentín, sino que me causo un poco de gracia ver la superficialidad de muchas parejas y ver que somos presas tan fáciles de los sistemas capitalistas (diría Chávez)

    Saludos

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