Valors...

Sandro Rosell dimitió por el escándalo del fichaje de su megastrella Neymar, denunciado por el diario El Mundo, donde se informa que el fichaje del brasileño no costó los 57 millones que la cúpula culé afirmó y reafirmó hasta el cansancio, sino que en realidad costó 95 millones. Y más aún, uno de los investigadores, el periodista Eduardo Inda, sostiene que el pase del exjugador del Santos asciende hasta la friolera de 150 millones de euros.

Este asunto, investigado gracias a la denuncia del socio del Barça Jordi Cases, ha sido llevado a los tribunales españoles y ahora Rosell enfrenta una investigación por presunto desvío de dinero.

Hay aquí varias cosas que a mí, como incondicional del Real Madrid, me hacen retozar como un cerdo en el barro. Veamos:

1. Sandro Rosell ha mentido a los socios del FC Barcelona.

El presidente del club sostuvo, desde que se anunció el fichaje de Neymar hasta hace sólo unos días, que el pase costó 57 millones de euros. Y es más, tanto él como la dirigencia del club, se ufanaban y se reían de quienes se atrevieran a cuestionar "su verdad". La investigación periodística ha desembocado en descubrir que la transacción aumentaba en casi cuarenta millones más. Rosell no lo ha negado y ha aducido "confidencialidad" en el contrato para así justificar sus cifras.

2. Sandro Rosell: ¿Gran negociador?

El FC Barcelona se rió, y mucho, del Real Madrid por haberle ganado la pulseada por el brasileño. El presidente merengue, Florentino Pérez, afirmó que el costo de llevar a Neymar al Madrid iba por los 150 millones de euros, y que por eso era imposible que "Ney" recale en Valdebebas. Resulta pues que Rosell y los culés en general, que tantas veces acusaron al Madrid de tirar de billetera para fichar a los jugadores, hicieron lo que tanto deploraban del club merengue. Cláusulas inconcebibles para regalarle el dinero a Neymar, como por ejemplo la de darle dos millones y medio para aceptar que el entrenador lo haga jugar en cualquier posición, o pagar nueve millones por dos amistosos contra el Santos -cuando cada amistoso cuesta, y no se sorprendan, cien mil dólares- y darle otros tantos millones por hacer de cazatalentos en Brasil sin importar si encuentran o no a alguna futura estrella... La verdad es que Sandrito no es tan listo como nos quiso pensar que era.

3. La denuncia vino desde adentro del club.

Jordi Cases, socio del FC Barcelona, y para más inri, independentista, ha sido quien ha denunciado las supuestas irregularidades del transfer. Rosell, y sus viudas periodísticas, se han hartado en mencionar que manos negras están tras la denuncia y que sólo quieren desestabilizar al Barça. Incluso se ha llegado a mencionar que el Madrid y Florentino Pérez están tras la querella de Cases. Para no creerlo. Más que discutir a su presidente por haber mentido a la asamblea de socios y a la de compromisarios sobre el monto del traspaso, van a por quien puso el tema sobre el tapete.

4. ¿Rosell dimitió por amenazas?

En su monólogo de despedida, el expresidente cuenta que ha recibido amenazas y teme por su vida y la de su familia. Empezando porque lo de las amenazas es injustificable y hay que deplorarlo, ¿por qué lo menciona justo el día en que se va si estas amenazas fueron denunciadas semanas atrás a la policía? Está claro que Rosell quiso tratar de tapar y distraer la atención al hablar de estos eventos, y solapar la magnitud del delito que se le imputa.

5. Lunes 20: "Estoy abierto a la investigación". Martes 21: El Barça recusa al juez por ser "madridista". Jueves 23: Rosell renuncia.

Sólo días atrás Rosell se allanaba a las investigaciones y exigía que el juez lo  cite para poder aclarar la confidencialidad de ciertas partes del contrato de Neymar, pero al día siguiente solicitaba al juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, que se inhiba porque según él, el juez era socio del Real Madrid. Luego de semejante sketch, y al saber ya que la justicia española había admitido la denuncia y que Rosell no iría a declarar como testigo, sino como imputado, Sandro se baja del barco. Y no hay que olvidar la forma en que se va: leyendo un comunicado y sin responder preguntas, pues el nuevo presidente respondería en una nueva conferencia de prensa al día siguiente. Es decir, este personaje se ríe de todos los socios y seguidores del Barça que querían escucharlo a él, no a los mascachapas de Bartomeu, Zubizarreta o al pelmazo de Toni Freixa. Menuda movida culé.

6. Sale Rosell y entra Bartomeu... De ripley.

En su despedida, Rosell coloca al vicepresidente Josep María Bartomeu al timón culé, y le encarga la presidencia del club hasta el 2016. Si bien es legal la situación, no es para nada legítima. Suponiendo, generosamente, que Rosell se marcha del club para no comprometer al FC Barcelona en estos asuntos judiciales, ¿cómo es posible que Bartomeu, cuya firma está al lado de la de Rosell en los contratos de Neymar, asuma la presidencia? Claro está, si es que no se ha hecho ya, que la querella se ampliará al mismo Bartomeu. Rosell ha querido poner a su segundo, un rebanapanes de su logia para que le cuide el puesto, y no sabe que lo que ha hecho es hundir aún más al club. Bartomeu, presidente del FC Barcelona, yendo a sentarse al banquillo de los acusados. Linda imagen para el mundo.

A mí, siendo absolutamente honesto y sin bromas, me fastidia mucho que Sandro Rosell deje la presidencia del club. Con él, el Barcelona no era un oponente real, sino un remedo de club, una caricatura, unos wannabe que se asomaban en la élite futbolística pero que en realidad eran unos apestados sentándose en la misma mesa que el Real Madrid, el Manchester United y el Bayern Munich, por ejemplo, equipos de casta y enjundia suficiente y probada, y que el Barcelona quiso malamente emular. Valors, como decían los culés, que han quedado retratados en toda esta situación, donde todo de aquello que se arrogaban ha quedado en la más abosluta evidencia. La vulgaridad real culé los ha dejado, valga la redundancia, con el culo aire.

Més que un club decían... Claro, son también una cueva de ladrones. Y Rosell es Ali Babá.